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Dos casas

Por 10 agosto, 2023Sin comentarios

Pocas veces en la historia se ha hablado tanto de un pub inglés. Pero desde el sábado pasado, el 5 de agosto, no ha dejado de ser tema comentado en la prensa y las noticias británicas, incluso a nivel nacional.

El sábado por la tarde los bomberos cerca de Birmingham reciben un aviso de que el pub The Crooked House está en llamas. Al acudir, encuentran que el único camino de acceso ha sido bloqueado por grandes depósitos de tierra que alguien ha dejado a propósito, y tienen que apagar el fuego usando mangueras de unos 1000 metros de largo. El lunes siguiente, representantes del Ayuntamiento y los dueños se reúnen en el sitio y acuerdan cómo apuntalar el edificio para su futura recuperación. Sin embargo, el día después, llega una máquina pesada y derriba lo que queda del edificio.

El edificio se construyó en el año 1765 para ser vivienda particular, y sesenta y cinco años después se convierte en una casa pública (public house, de donde sale la palabra “pub”). Otra transformación que le pasa, y de ahí lo interesante de este edificio, es que por las obras subterráneas de la minería un extremo de la casa empieza a hundirse, quedándose el edificio inclinado con un lado unos 1,2 m por debajo del otro. Oficialmente, su nombre era el Glynne Arms, aunque todos lo llamaban The Crooked House (La Casa Torcida) y en el año 2002 adopta su mote como nombre oficial.

Leer la historia de esta casa, de cimientos tan inestables, me recuerda la visita que hice hace pocos días con mi esposa a la Ermita de San Telmo en Zumaya, País Vasco; ermita que tuvo su protagonismo en la película Ocho Apellidos Vascos. ¡Qué sitio más bonito! ¿Qué entorno más hermoso! ¡Un festín para los ojos, que te quita el aliento! Construida antes del año 1540, encima de un acantilado formado por el flysch, allí está, sólida, inmovible, a pesar del castigo del viento y la lluvia que trae el mar Cantábrico.

Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.

Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;

y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina (Mt. 7:24-28).

Tengamos cuidado con el fundamento de nuestra vida.

Mateo

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