Casi correcto

«El discernimiento no es saber distinguir entre lo bueno y lo malo, sino saber la diferencia entre lo que es correcto y lo que es casi correcto» (Charles Spurgeon).

Leí esta cita hace unos días; era un comentario en un vídeo de Youtube, y me llamó la atención. En parte porque era una cita de Spurgeon, cosa que no esperaba en la página donde estaba. Pero también por la gran sabiduría de lo expresado.

El vídeo que comentaron con la cita en cuestión hablaba de la alabanza en la iglesia. Hay himnos y canciones de los que diríamos «amén» al 98% de lo que expresan: son buenos, casi correctos, pero no de todo. Puede que incluyan una línea que expresa algo que no encontramos en la Biblia (recuerdo el himno navideño de mi infancia que decía que el bebé Jesús no lloraba); o que expresen una cosa de forma que realmente contradice la doctrina ortodoxa. A veces da la impresión de que prima la necesidad de encontrar la rima, o de que simplemente la frase tenga un valor poético; vamos, que suena bonito.

Pero también se podría aplicar más allá de la alabanza de la iglesia. Decimos, y con razón, que Jesús es 100% Dios; pero si no decimos que Jesús es también 100% hombre, estamos en error. Es verdad decir que la salvación es obra de Dios; pero si no recordamos la Gran Comisión, caemos en el hipercalvinismo. Que tenemos que hacer bien a todos, sí que está bien; pero Gálatas 6:10 nos dice que demos prioridad a los de la familia de la fe. O los que, con afán ecuménico, citan frases y enseñanzas bíblicas de la Iglesia católica romana, pero no por eso deja de ser una iglesia errónea.

No, no basta con «casi». Es una palabra que tendríamos que quitar de nuestro vocabulario. No podemos satisfacernos con «casi». Y necesitamos esta sabiduría de lo alto, este discernimiento, para reconocer los «casis» que admitimos sin darnos cuenta.

Señor, sé que soy un hombre bastante imperfecto, y que me satisfago muchas veces con algo menos que la perfección. También sé que soy torpe para saber distinguir entre lo correcto y lo casi correcto. Ayúdame, oh Dios, a ser como los hombres de Isacar en el ejército de David (1 Cr 13:32, LBLA) que eran expertos en discernir.