El evangelio tal como es. El mensaje de Romanos.
Autor: Stuart Olyott
Publicado por: Editorial Peregrino. Comentarios Peregrino. 2023, 226 pp.
En palabras de Stuart Olyott: «Este libro te permitirá acceder a Romanos por tu propia cuenta. Cuando lo hayas hecho, podrás recurrir con facilidad a muchas de las guías disponibles para que te muestren el lugar con mayor detalle» (p. 7). Pablo escribió esta epístola cuando nunca había visitado Roma. Lo normal es que la iglesia de esta ciudad fuese fundada por cristianos comunes tras el descenso del Espíritu Santo en Jerusalén, que permitió que el evangelio se divulgase a muchos lugares del mundo. Romanos permite entender el Antiguo Testamento a la luz del nuevo. No en vano, hay más citas del Antiguo Testamento que en todas las demás epístolas juntas, al menos 70 claras de por lo menos 14 libros del Antiguo Testamento, y se mencionan sobre todo los Salmos e Isaías.
Lutero dijo que «es el libro más importante de todo el Nuevo Testamento y la quintaesencia del evangelio. Nunca será demasiado el tiempo que se dedique a su estudio y lectura; y cuanto más se maneja, tanto más precioso se muestra y tanto más dulce sabe». Posiblemente, no se ha escrito nada semejante a Romanos en la historia para entender el mensaje del evangelio superando a todos los textos apostólicos. De hecho, no siendo la primera carta redactada por el apóstol Pablo, es la primera en nuestras Biblias, posiblemente por su importancia doctrinal.
Es imprescindible entender la justicia de Dios frente al pecado del hombre, y para qué somos justificados a fin de ser santificados; así recibimos vida eterna para vivirla desde el momento de conocer a Cristo, no al fallecer. La parte práctica comienza en el capítulo 12, y nos invita a vivir esa nueva vida conforme a la voluntad de Dios, sin ser moldeados a la manera de este siglo. La consagración, según dice Olyott, no es ofrecer un sacrificio: «¡En lugar de ofrecer un sacrificio, conviértete en uno! […] Que los cuerpos que antaño sirvieron al pecado le sirvan ahora a él. Que tu respuesta no sea la de una vida inmolada, sino vivida para él. Entrégate a una vida santa que complazca a Dios. Esta es tu adoración espiritual, en contraposición al sacrificio a la usanza del Antiguo Testamento» (p. 155).
Es llamativa la forma en la que Pablo oraba y pensaba continuamente en los que no conocía, sintiendo un inmenso amor hacia ellos, tal y como expresa Olyott. No solo la doctrina, sino esta pasión por llevar el evangelio de Dios a otros, debería contagiarse en cualquier cristiano al leer Romanos. Así Romanos es «el evangelio que amaba el creyente común y que era su regla de vida» (p. 15). En relación a nuestro prójimo y la justicia de Dios: «Esa justicia está aquí, presente y a nuestro alcance. No es algo lejano e inalcanzable. No hace falta buscarla ni ganarla. Simplemente basta con aceptarla por medio de la fe interior. Es la justicia por la fe que predicamos en el evangelio […]. Quienes creen de esa manera, tal y como prometen las Escrituras, nunca quedarán decepcionados» (p. 129).