La mirada hacia atrás
Muchos de nuestros lectores han tenido contacto con algunos de los trabajadores de Editorial Peregrino. En total somos cuatro: Eva Franco que lleva todo lo relacionado con compras y ventas; Saray Carballo que maneja lo económico; Raquel Farrugia que trabaja en la edición; y un servidor que supervisa todo.
Lo que muchos quizás no saben es que hay mucha gente detrás, que no son empleados, pero que tienen un papel fundamental en lo que es Peregrino. Por ejemplo, el Consejo Administrativo, que supervisa todo lo que es la administración de la empresa legal que es Peregrino.
Ayer, martes 21 de febrero, nos juntamos los tres componentes del consejo: Luis Cano, pastor en Ciudad Real; Eddy Muskus, misionero británico-venezolano en Valencia; y un servidor, misionero británico, también en Ciudad Real. Era nuestra reunión anual, que sirve para ordenar, supervisar, examinar, planificar y hablar de sueños.
Todos los años nos gozamos de ver cómo Dios nos ha guardado un año más. Ayer pudimos ver que en el 2022 editamos 12 títulos nuevos y reimprimimos 53 títulos más, imprimiendo en el año un total de casi 2 millones de páginas. Pudimos recordar los grandes eventos del año como la conferencia de Editorial Peregrino en marzo o la conferencia Pasión por el Evangelio en octubre. Luego nos alegramos por la bendición de representar a Peregrino en conferencias en los Estados Unidos y también de servir a la iglesia en Cuba con conferencias, libros y donativos.
¡Incluso las finanzas dieron algo de ánimo! Siempre decimos que Peregrino vive como la típica familia española que busca llegar al final del mes antes de llegar al final del dinero, y un año más nuestro Padre celestial nos ha sido fiel, a pesar de una bajada notable en las ventas.
La mirada hacia atrás nos permitió formular presupuestos, definir estrategias y planificar para el año que tenemos por delante. Todo, claro, con una plena confianza y fe en nuestro Dios todopoderoso, porque reconocemos que la obra es suya y no nuestra.
Muchas veces creo que en mi vida personal olvido esta actividad tan importante de mirar hacia atrás, de ver lo que Dios ha hecho en mi vida y en la vida de los que me rodean. Olvido reconocer su obra, su cuidado y sus bendiciones. En tantas ocasiones mis oraciones son como una lista de la compra en el mercado celestial, y escasean totalmente las palabras de gratitud. Gratitud por las oraciones contestadas, por las bendiciones recibidas, por el perdón por los errores y pecados, por simplemente estar Dios en mi vida.
Padre, gracias por haberme recordado la importancia de mirar hacia atrás y darte las gracias en todo. Gracias por mi salvación, por tu ayuda, tus bendiciones y tu gracia en mi vida. Y gracias por la manera en que has sostenido a Peregrino un año más, para poder seguir sirviendo a tu iglesia. Amén.