Esta semana es de locura. Tres viajes a diferentes lugares de España y más de dos mil kilómetros. Ya hemos estado en La Carlota (Córdoba), y este fin de semana volvemos a Córdoba (capital), mientras otros van a Oviedo.
Cargamos el coche con cajas de libros y nos presentamos (bueno, nos han invitado) para poner nuestra mesa de libros, una buena selección de todo tipo de libros y Biblias: libros devocionales y comentarios, biografías y teología, puritanos y modernos.
Claro que lo hacemos porque queremos vender libros. Las ventas son lo que nos permite pagar a los trabajadores y seguir editando más y más títulos (de ahí la insensatez de la práctica ilegal de fotocopiar, escanear o descargar libros en vez de comprarlos). Pero hay más razones para estas visitas.
Muchas personas viven en lugares sin acceso a una librería evangélica física donde poder mirar, hojear y tocar el libro antes de comprarlo; donde poder comprobar el tamaño de la letra de esta Biblia que buscan.
Hay muchos, sean pastores o creyentes de a pie, que no saben de Peregrino, de la gran oferta de libros sanos que tenemos (más de 700 en catálogo), y podemos conocerles, por lo menos a algunos, en estas salidas.
Muchos han comentado como una buena mesa de libros añade un plus a una conferencia. Un creyente que ha sido retado por el predicador o conferenciante acerca de algún tema luego encuentra un libro sobre el mismo tema y eso le va a reforzar la enseñanza recibida.
En los últimos 9 años hemos visitado muchos lugares, cercanos y lejanos, de nuestra España: Albacete, Toledo, Madrid, Badajoz, Córdoba, Sevilla, Málaga, Almuñécar, Murcia, Barcelona, Sabadell, Guadalajara, además de muchos lugares en nuestra provincia de Ciudad Real. Es decir, no tenemos miedo a viajar. Hemos estado entre diferentes grupos y denominaciones: reformados, bautistas, Asambleas de Dios, presbiterianos, Asambleas de Hermanos e independientes. Es decir, sabemos respetar el entorno donde nos inviten. Hemos estado en conferencias, aniversarios, actos intereclesiales, días de compañerismo, retiros, y cultos dominicales.
La próxima vez que tú o tu iglesia organicéis algo especial, ¿por qué no pensar en invitarnos? No te costará nada. Es más, seguro que saldrás ganando.