«¡Vaya imaginación!»
No suelo citar las palabras de expresidentes de los Estados Unidos, pero en esta ocasión no me queda otra opción. El otro día estuve leyendo las noticias que me van llegando por correo electrónico por la mañana, y me paré en un artículo en Fuerza Latina. Se trataba de unos párrafos en los cuales Jimmy Carter, conocido como evangélico, hizo unas declaraciones sobre la nueva ley constitucional que aprueba el «matrimonio» homosexual en la nación de las barras y estrellas.
Declaraciones antibíblicas
Sin desviarnos con el tema de la homosexualidad, quisiera centrarme en la respuesta del Sr. Carter, porque realmente es insólita. Declaró ese exinquilino de la Casa Blanca que «en su opinión personal» Jesús habría aprobado el matrimonio gay. Vale; que un político —por cristiano que sea— haga tal declaración no es de extrañar; por desgracia estamos acostumbrados.
Lo que más me llamó la atención fue lo que dijo el «granjero de cacahuetes» en su puntualización: «Creo que Jesús lo hubiese aprobado, pero no tengo ninguna base bíblica ni ningún versículo de las Escrituras que lo afirme. Pienso que Jesucristo animaría cualquier historia de amor si es honesta y sincera y no se daña a nadie».
Pensamientos e ideas sin conocimiento de las Escrituras
¡Wow! ¿Desde cuándo los cristianos han tenido el derecho de inventarse cosas basándose en sus ideas, sentimientos o imaginación? ¿Desde cuándo tenemos la autoridad de hacer declaraciones basadas en lo que no dice la Biblia? ¿Quiénes somos nosotros para decir algo que Dios no ha dicho?
Pero creo que lo hacemos. Es que somos seres humanos y sabemos lo fácil que es que nuestros pocos conocimientos «se nos suben a la cabeza». ¿Cuántas veces en un estudio bíblico tras una clara exposición bíblica del pastor, en el tiempo de coloquio alguien suelta la frase «Bueno, sí, está bien, pero lo que yo pienso es…»? ¿O escuchas un sermón que, lejos de exponer el texto bíblico que todos tienen delante, solo sirve para demostrar la gran imaginación de interlocutor? Incluso en lo que cantamos, y entiendo que estamos hablando de poesía, encontramos frases e ideas que en el mejor de los casos carecen de fundamento bíblico, y en el peor contradicen por completo lo que enseñan las Escrituras.
Todo debe ser encauzado por la Palabra
Es verdad que Dios nos ha dado una cabeza, un intelecto, y hasta una imaginación, y los tenemos que usar. Pero siempre encauzados por lo que dice la Palabra de Dios. Siempre restringidos por los parámetros de lo que ha declarado Dios de forma inspirada. Si no lo hacemos, estamos pisando en la huellas de los fundadores de las sectas, jugando en el patio de las herejías y bailando al borde del precipicio de la perdición.
Mateo Hill administracion@editorialperegrino.com