La consistente inconsistencia
Los cristianos debemos ser consecuentes y consistentes, pero es importante que tengamos en cuenta que estos términos no son equivalentes. Esta distinción —que para algunos será una obviedad— no está tan clara para otros que, por su familiaridad con la angliparla, son víctimas de los equívocos producidos por una similitud morfológica que no implica una equivalencia semántica.
El término inglés consistent se suele traducir como consistente, cuando en realidad significa en dicho idioma: “compatible o en armonía; no contradictorio”(1). En español, sin embargo, la palabra “consistente” significa algo que tiene consistencia, que es la calidad de duración, estabilidad, solidez, mientras que “consecuente” se refiere, entre otras cosas, a la persona cuya conducta guarda correspondencia lógica con los principios que profesa.
Juzgue, pues, el lector cuál de los dos términos (consistente o consecuente) traduce mejor el adjetivo inglés.
Nadie va a poner en cuestión que un cristiano debería ser duradero, estable y sólido en sus convicciones y conducta, pero tengo la impresión de que no es ése el sentido que se le quiere dar muchas veces a la palabra, sobre todo cuando se traduce —directa o indirectamente— el susodicho término inglés.
Seamos, pues, consecuentes y consistentes, pero tengamos claro qué es lo que demandamos —de nosotros mismos o de otros— al utilizar dichas expresiones.
(1) The Consice Oxford Dictionary