Un año más se ha celebrado el Día del Libro. Este gran día que marca la «colisión» entre dos grandes estrellas, Shakespeare y Cervantes, que a la vez sirve para celebrar esa gran mezcla de ideas, papel y tinta que tú y yo llamamos «libro». Esta colección de hojas que permitieron «escuchar» conferencias a distancia antes de la electricidad, «vivir» en el mundo virtual de la imaginación antes de inventarse el ciberespacio, y saber las grandes verdades del universo antes de disponer de Google o Wikipedia. ¡Sí, los libros merecen su día, merecen celebrarse!
Como todos los años, hemos presenciado ferias de libros, presentaciones, lecturas, actuaciones, exposiciones; toda una serie de actividad para festejar a nuestros compañeros mudos que tanto tienen que decirnos. No sé si por celebrarlo somos más cultos, pero por lo menos hemos sacado nuestra cultura de paseo; total, una vez al año no hace daño.
Café-librería
El sábado pasado, día señalado este año ya que coincidía con el número 23 en nuestro calendario, tuve un auténtico día de libros. Por la tarde, visité por primera —pero no última— vez un establecimiento nuevo en Ciudad Real, donde vivo: un café-librería. Mi esposa había estado quince días antes en la inauguración cuando estuve de viaje en los Estados Unidos, y sabía que me lo tenía que enseñar. Un café con sofás, mesa, café y pastas, y por supuesto libros. Libros para comprar, libros para ojear, libros nuevos y libros usados, libros en castellano y libros en inglés, ¡libros, libros, libros!
Qué envidia. Es que llevo años soñando hacer algo así, con libros cristianos, claro está. Un lugar relajado, rodeado por buenos libros que explican el por qué y el para qué de la vida y la muerte, del Cielo y el Infierno, del perdón y la perdición. Un oasis literario espiritual donde estar a solas con un buen libro, con mis pensamientos profundos y con mi fe. Ese es mi sueño, pero mientras tanto volveré una y otra vez a la Madriguera para relajarme entre tantos soldados de plomo y amigos nuevos por conocer.
SBT
Por la mañana había estado en Madrid. Habíamos sido convocados por la Sociedad Bíblica Trinitaria para la presentación de su nueva revisión del Nuevo Testamento. Partiendo de la base de la versión clásica del 1909, y consultando con la fuentes más antiguas usadas por Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, nuestros hermanos en SBT han buscado regalarnos una versión fiel en su doctrina, fiable en cuanto a sus fuentes, fluida a la hora de leer y fácil de entender en el mundo hispano. (Para más detalles, http://sociedadbiblicatrinitaria.org/Proyecto_Revision_RV1909.pdf).
El único y gran Libro
En todo lo que ha sido la celebración del Día del Libro 2016, me alegra de manera especial haber estado en la presentación en Madrid, y que nuestros hermanos de SBT eligieran un día tan señalado para presentar su Nuevo Testamento. Me hizo bien, siendo un profesional del libro, recordar que por encima de todo libro está el Libro de libros. El único Libro que contiene todas las respuestas, sin el cual ningún otro libro podrá tener sentido. El libro por excelencia que nos permite saber acerca de Aquel que es la Gran Verdad, nos indica el camino a una vida más real y abundante que esta vida virtual, y que nos hace escuchar las palabras de Dios mismo, como si estuviera a nuestro lado susurrándonos al oído. ¡Este Libro merece ser celebrado, y no solo un día al año!
Mateo Hill
director@editorialperegrino.com