La situación en Cuba, me dicen, es crítica.
Llevamos 28 horas sin ver una cama, y nos quedan quizás 15 más. Aquí estoy sentado en el aeropuerto de Miami, con mi amigo y pastor Luis Cano. Estamos en la zona de facturación de los vuelos a Cuba. Mientras otros en otras zonas del aeropuerto están acostados, aquí mismo a las 4 de la madrugada no hay quien duerma. Miles de cubanos, residentes en Los Estados Unidos, que vuelven a Cuba como “turistas”, cargados con todo lo que uno se pueda imaginar, y más. Televisores, neumáticos de coche, bicicletas, microondas y cafeteras, lo que sea.
Nosotros también vamos rumbo a Cuba como “turistas”. Nos esperan 15 días, en mi caso 20, de conferencias, predicaciones y reuniones a lo ancho de la isla, empezando en Holguín al oeste y terminado en Habana, casi en el otro punto de la brújula. Dentro de 2 horas nos juntamos con Wayne Andersen, director de la editorial Faro de Gracia, y volaremos hacia la isla, una trayectoria corta, en distancia, pero a años luz en muchas aspectos.
Y como los demás, vamos cargados. No de los enseres “esenciales” que según este mundo son casi imprescindibles para sobrevivir en la jungla que es este primer mundo. Sino de “lujos” tan extravagantes como pasta de dientes, crema de manos, lápices y papel. Y por supuesto, libros. Libros cristianos, de los cuales no hay en Cuba. Libros de doctrina sana que deberían ser el “comer y beber” de cualquier pastor digno de su llamamiento.
Es que las conferencias serán mayormente para los pastores. Hombres llamados por Dios a predicar las riquezas de Cristo en congregaciones grandes y pequeñas a lo largo y lo ancho de la isla. Ayudando a pastores, ayudamos a las iglesias. Si los pastores crecen, edificarán a sus congregaciones. El camino al pueblo pasa por púlpito.
Espero poder colgar un breve blog cada día. Me encantaría que dedicaras unos pocos minutos para acompañarnos en el viaje. Pero sobre todo, te pediría que ores. Ora por nosotros mientras estemos en Cuba. Ora por los pastores sirviendo en Cuba. Ora por la Iglesia en Cuba.
Porque la situación en Cuba, me dicen, es crítica.
Mateo