Reseña escrita por David Vergara y publicada originalmente en la revista Edificación Cristiana, Nº269, mayo-agosto 2015, p. 35:
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Génesis. Matthew Henry. Editorial Peregrino, Moral de Calatrava, 2014.
Hace años organizamos varios campamentos en el Centro de Retiros de la calle Cardenal Monescillo en Valdepeñas donde en aquella época servía al Señor cuidando de las instalaciones el matrimonio Fuentes. Fue allí donde pude visitar en una de las ocasiones la biblioteca de este lugar que guardaba obras extraordinarias. Sé que muchos siervos de Dios se formaron allí años atrás, y sobre todo, se mantenía imperecedera la memoria de Don Percy Buffard, fundador de la Misión Evangélica Española. Sin duda, algo que llamó enormemente mi atención fue el comentario en inglés de la Biblia a cargo de Matthew Henry, obra monumental. En aquel momento ya se estaba publicando la traducción a cargo del erudito D. Francisco Lacueva, pero pude comprobar que este encomiable esfuerzo era una adaptación resumida de la obra original. El doctor Lacueva realizó una enorme labor utilizando la base del trabajo de Henry para “actualizar” el comentario con las líneas de pensamiento de su tiempo, pero el peligro radicaba en que esto también puede quedar desfasado, sin saber realmente qué se escribió originalmente.
Años después, otra editorial resumió aún más la versión de Lacueva, lo cual resultó absolutamente descafeinado, e incluso posteriormente se fundieron todos los volúmenes en uno solo con una letra diminuta, casi ilegible para intentar vender un comentario bíblico sabiendo que cada vez son menos los hermanos que compran libros evangélicos, y mucho menos, comentarios de la Biblia, algo realmente preocupante y decepcionante porque es un síntoma del estado espiritual del pueblo de Dios que no profundiza en muchos casos en el texto bíblico.
Parece increíble, pero es la primera vez que una editorial publica íntegramente el comentario Matthew Henry a partir del original sin añadiduras, no sólo porque en el 2014 se cumplieron 300 años de su muerte, sino porque el interés del pueblo de Dios en nuestro país por este tipo de obras languidece, y esto demuestra la audacia de esta editorial alejada de fines exclusivamente comerciales que quiere edificar al pueblo de Dios con buena literatura para su beneficio espiritual.
Sobre esta obra, tal y como leemos en el prólogo, Spurgeon decía: “Matthew Henry, es de lo más piadoso, expresivo, sano y sensato, sugerente, sobrio, escueto y fiable. Lo encontrarás irradiando metáforas, rico en analogías, desbordante de ejemplos, sobreabundante en reflexiones. Se deleita en las yuxtaposiciones y las aliteraciones; es generalmente sencillo, interesante y enjundioso; entiende los textos directamente; aparentemente no es crítico, pero discretamente ofrece el resultado de un conocimiento exacto y crítico a la altura de los mejores críticos de su tiempo. No está versado en las maneras y costumbres de Oriente, pues la Tierra Santa no estaba tan asequible como en nuestro tiempo; pero es profundamente espiritual, celestial y provechoso; y encuentra un buen contenido en cada texto, y de todos ellos deduce las lecciones más prácticas y juiciosas… Es el comentario del pobre, el compañero del cristiano veterano, adecuado para todos, instructivo para todos…”
Sólo podemos decir que esta ingente iniciativa de la editorial Peregrino es un paso de fe que ojalá produzca mucho fruto entre el pueblo de habla hispana en todo el mundo y que es digno de mención el ejemplo del equipo de traducción que “abnegadamente y sin una recompensa material, se han ofrecido para emprender esta magna obra” que comienza con el comentario de Génesis, el origen de la revelación divina, clave para entender las doctrinas de la Biblia que se desarrollan de forma progresiva hasta hablarnos por medio del Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo (He. 1:1-2).
David Vergara