Mi Dios es fiel
Ya me encuentro de nuevo en la oficina después de las vacaciones. Este año algo diferentes porque hemos viajado al Reino Unido, cosa que no solemos hacer en verano. Es que con la abundancia de sol y playa aquí en España no tiene mucho sentido pagar tanto dinero para pasar frío. Pero bien, en esta ocasión no hubo más remedio. Mis suegros iban a celebrar sus bodas de oro y era menester hacer acto de presencia como familia.
Bodas de oro
Cincuenta años, se dice pronto pero es para vivirlos. Mis suegros se casaron en Irlanda del Norte en el año 1964 en la iglesia donde siempre habían asistido sus dos familias durante generaciones, pero ninguno de los dos había nacido de nuevo. Llegaron dos hijos, uno de ellos Judith, la que, años después, se convertiría en mi esposa. Con seis años esta niña se convierte al Señor a través de una profesora creyente y un obrero de APEEN que visitaba su escuela. La pequeña de seis añitos se puso a orar por sus papis y al poco tiempo el Señor obró en la vida de ellos para salvación. Pocos años después ellos sintieron el llamado para servir al Señor y tras estudiar en un seminario pasaron muchos años ayudando a un evangelista con campañas por todo el Reino Unido y preparando sus programas de radio que todavía se emiten en todo el mundo. Ahora jubilados, siguen muy activos en las cosas del Señor. Al juntarse toda la familia, mas de sesenta personas, para celebrar los cincuenta años de matrimonio, en varios momentos se hizo mención a la gran fidelidad de Dios hacia mis suegros.
La conferencia
[custom_frame_left shadow=»on»][/custom_frame_left] Estando en Irlanda del Norte pasamos a visitar una de la conferencias más grandes en la isla, New Horizon (Nuevo Horizonte). Hace tiempo que no estoy en un encuentro de creyentes donde se reúnen casi 4000 hermanos míos, y mis hijos nunca. Es de verdad impresionante. Aún más, recordando todo lo que sufrió esta provincia de Ulster a manos de terroristas durante tantísimos años. Recuerdo claramente las patrullas de soldados, los tiroteos y bombas, los sitios donde un inglés con aspecto de soldado británico no podía ir con seguridad. Claro, todo esto ha cambiado ahora. Y en todo Dios ha sido fiel. Ha mantenido a su Pueblo en tiempos muy difíciles. Y no solo es que lo haya mantenido, sino que lo ha bendecido sobremanera: resulta que la región de todo el Reino Unido con el porcentaje más alto de creyentes es precisamente Irlanda del Norte. Sí, cuando ves a 4000 creyentes juntos, después de todo lo vivido, es fácil recordar que Dios ha sido fiel.
El salón de misión
El último domingo en la isla vimos algo que mis hijos, con 19 y 17 años respectivamente, no han visto antes, un Mission Hall, un salón de misión. En muchos lugares de Irlanda del Norte puedes encontrar un edificio que parece una cabaña grande, donde los domingos después del culto de la tarde va la gente para otro culto. [custom_frame_right shadow=»on»][/custom_frame_right] Son edificios construidos, a veces hace años, en sitios sin iglesia, para invitar a los inconversos a escuchar el evangelio. Cerca de la casa de mis suegros hay uno donde asistió mi mujer cuando era más joven. Un edificio de estructura de madera y cubierto de chapa ondulada, construido en el año 1895. Desde mi última visita se ha instalado la luz, mediante generador ya que el edificio se encuentra en pleno campo, así que han desaparecido el armonio y las linternas de gas. ¿Cuantas veces se ha predicado el evangelio en este sitio, y cuantas personas han sido hallados por la gracia de Dios en esos 120 años? Y siguen asistiendo inconversos que no cruzarían el umbral de ninguna iglesia. Ciertamente Dios es fiel.
Nunca me ha fallado
Después de quince días en Irlanda del Norte, pasamos unos días en Inglaterra con mi familia, mayormente para celebrar mi recién cumplido medio siglo de vida. ¿Quién habría pensado que un tímido hijo de pastor en el norte de Inglaterra, podría ser usado por el Señor en su gloriosa obra? Con quince años por Su gracia me salvó, con diecinueve me llamó al ministerio y con veintisiete me trajo a España. En todo este tiempo he fallado al Señor más de lo que quisiera yo pensar, pero Él nunca me ha fallado. En los tiempos difíciles, dolorosos y de desánimo, nunca me ha fallado. Porque mi Dios es fiel.
Un recordatorio de color
Repasando mis fotos del viaje para ilustrar el blog de esta semana, encontré una que saqué una tarde desde la ventana de la casa de mis suegros. Tras una tormenta, salió el sol y con el sol apareció no un arco iris, sino dos. El recordatorio sin igual de la gran fidelidad de Dios. Dios prometió a Noé no destruir otra vez la tierra con un diluvio global, y nos dejó el arco iris para recordárnoslo. Cada vez que lo vemos, trazando su curva colorida, es para ver no solo sus siete colores sino cuatro palabras: Mi Dios es fiel.
Mateo Hill administracion@editorialperegrino.com