El autor de estos estudios cree poder dar una respuesta afirmativa a estas preguntas. El último libro de la Biblia es tan aleccionador e importante como cualquier otro de los sesenta y cinco restantes. No podemos prescindir del Apocalipsis si queremos saber la totalidad del «consejo de Dios» para su pueblo. El Apocalipsis nos ofrece palabras de aliento y de esperanza. Aliento para el presente y esperanza para el futuro.
Todos tenemos necesidad de escuchar estas palabras: «Bienaventurado el que lee […] las palabras de esta profecía, y [guarda] las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca» (Ap. 1:3).
El libro del Apocalipsis es la palabra final de Dios para la Iglesia: una impactante revelación de las cosas que Él quiere que esta conozca, expresada en un lenguaje y mediante unas formas que deslumbran y a menudo sobresaltan.
Se trata de un comentario que tuvo gran aceptación entre los radioyentes, y que, una vez editado, adquirió mucha difusión y fue comentado, a la luz de la Biblia, en los estudios bíblicos de diferentes iglesias neerlandesas.